AFRICA/ANGOLA - Signos de esperanza desde Chiulo donde han llegado los dos primeros médicos angoleños


Chiulo (Agencia Fides) - En el hospital Chiulo, en la frontera con Namibia, la estructura de la diócesis de Ondjiva, reconocida y sostenida por el gobierno provincial, Médicos con África Cuamm ha puesto en marcha en 2012 el proyecto “Antes las madres y los niños para asegurar el acceso libre y gratuito a un parto seguro y al cuidado del bebé” (véase Fides 5/3/2012). Finalmente ahora han llegado los primeros 2 médicos angoleños. El hospital atiende a una población de 250 mil habitantes, que viven en medio de la indiferencia general, sufriendo por una sequía que ha durado casi dos años, por la pobreza, la desnutrición, la tuberculosis, el VIH y la epidemia de cólera.

Los dos médicos se han graduado en Luanda hace dos años; hasta el momento han trabajado en reconocidos hospitales privados en la capital, pero hace 3 semanas han optado por aceptar un contrato de un año en esta instalación, uno para el tratamiento de niños, de 60 a 80 en promedio, ingresados en el hospital y el otro a para ser el cirujano. Según lo informado por médicos voluntarios CUAMM presentes en la zona, el inicio de los dos colegas de Angola no fue fácil, comenzando por la carretera para llegar al hospital en un jeep durante 3 horas, con los últimos 30 kilómetros completamente sin asfaltar. En Chiulo es difícil que funcionen los teléfonos, la electricidad es proporcionada por generadores activos sólo durante ciertas horas del día, mientras que el agua corriente es un lujo para unos pocos y todavía falta en algunos departamentos de la estructura, que fue construida como hospital militar con 250 camas y que es muy diferente de las clínicas privadas en Luanda. Los médicos jóvenes angoleños estaban asombrados por la cantidad de personas que llegan al hospital desde muy lejos para buscar tratamiento, tranquilizados por el hecho de que, gracias al trabajo de muchos médicos CUAMM y la cooperación de las enfermeras locales, en Chiulo saben que pueden contar con la humanidad y la competencia del personal. Los médicos jóvenes han demostrado mucha fuerza de voluntad y el deseo de aprender, a pesar de las muchas dificultades, del sentimiento de frustración por la falta de diagnóstico, por la limitación de recursos o porque los pacientes llegan demasiado tarde, cuando las condiciones son terribles y, a menudo agravados por tratamientos peligrosos a manos de curanderos locales. (AP) (14/12/2013 Agencia Fides)



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