Bangkok (Agencia Fides) – “El rey ha anunciado que las nuevas elecciones generales serán el 2 de febrero, pero la situación sigue siendo inestable. Todo puede cambiar todavía. Vamos a ir día a día. Esperamos que esta ola de protesta sea una prueba más para el crecimiento de nuestra democracia”, dice el padre Peter Watchasin, sacerdote de Bangkok y Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias en Tailandia. Después de la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones anticipadas, proclamada por el primer ministro Yingluck Shinawatra, se esperaba que terminasen las protestas callejeras que se suceden desde hace varios días en Bangkok. Pero las reivindicaciones de los llamados “camisas amarillas” - una expresión de la parte conservadora de la sociedad - no parecen terminar, mientras que el ejército, uno de los grandes poderes del país, reitera, por ahora, una posición de neutralidad.
“No sabemos qué va a pasar. Hay tanta incertidumbre que repercute en el turismo y la economía. Según algunos observadores, hay gente detrás de la escena que quiere luchar y derrocar al gobierno de Yingluck, hija del conocido magnate Thaksin, que había gobernado en el pasado”, dice el padre Watchasin. La protesta, tras las que han tenido lugar en los últimos años, confirma que “la sociedad está dividida y hay que trabajar duro por un serio proceso de reconciliación, para el bien común. Esperamos que esta ola de participación polar sirva para el crecimiento y desarrollo de nuestra democracia, y que las personas pueden aprender de esta experiencia”, continúa.
La Iglesia no ha tomado una posición oficial sobre la protesta, “pero está siempre del lado de los pobres y de los excluidos, de la transparencia y de los derechos humanos”. “En el laicado cristiano - dice el director - los fieles se dividen entre los que apoyan y los que no comparten la protesta. Vamos a ir día a día”. El gobierno tailandés fue elegido democráticamente en 2011. (PA) (Agencia Fides 10/1272013)
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