ASIA/AFGHANISTAN - Menores secuestrados y explotados para la práctica del “Bacha Bazi”


Nangahar (Agencia Fides) - La explotación sexual de los niños, en particular, la práctica del “Bacha Bazi” (literalmente, niños juguete), en la que los niños son “comprados” para hacerlos bailar y tener relaciones sexuales, sigue siendo uno de los abusos de los que menos se habla en Afganistán. Es una antigua tradición, con profundas raíces culturales, prohibida por los talibanes cuando estaban en el poder, pero que ahora se está retomando. En un comunicado emitido por el responsable de la Afghanistan Independent Human Rights Commission (AIHRC), antes el bacha bazi existia solo en algunas áreas y ahora está en todas partes. En particular, en la provincia de Takhar y en otros lugares del norte del país.

La influencia de los señores de la guerra, de los comerciantes ricos y de los grupos armados ilegales fortalece la demanda, que junto con la pobreza y el gran número de niños desplazados determina la oferta de chicos a los que explotar. Son puestos en libertad hacia los 18 años de edad, cuando su futuro ya está comprometido. Por lo general, son secuestrados o “capturados” cuando aún son pequeños y tenidos como “propiedad” de los jefes que niegan de abusar sexualmente de ellos, mientras que al final de la actuación de bacha bazi son violados por grupos de hombres. Hay dos tipos de niños: los que saben bailar bien y también son utilizados para el entretenimiento, y los que no saben bailar y sufren abusos sexuales.

Los activistas señalan los continuos casos de explotación, y que las calles de Kabul, o a través de YouTube, es fácil ver DVD de jóvenes vestidos de mujer bailando en bodas o que están involucrados en otros eventos. Los líderes religiosos del país están trabajando para combatir este fenómeno. Deben ponerse en marcha leyes para castigar a los culpables y realizar campañas de información sobre los derechos del niño. Las víctimas suelen ser reacias a denunciar los abusos por temor a represalias o ser marginados o asesinados.

En las zonas del distrito de Nangarhar no existe información o programas de educación sobre el tema y esta es una de las principales razones por las que tantas personas se ven involucradas. La práctica de la bacha está muy extendida en las zonas rurales entre los funcionarios poderosos y comandantes de milicias muy ricos y capaces de escapar a la justicia. Sin embargo, también está muy extendida en las ciudades entre la élite que ofrece dinero, buena ropa, coches y cualquier cosa que pueda hacer que los niños se sientan 'satisfechos'. (AP) (23/9/2013 Agencia Fides)



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