Bangui (Agencia Fides) - “¡Qué se puede hacer, estas cosas pasan!” El padre Aurelio Gazzera misionero, se toma con filosofía, en una entrevista con la Agencia Fides, la desafortunada aventura que le ha sucedido el 16 de septiembre, cuando fue a negociar con los rebeldes Seleka la liberación de algunos individuos capturados y torturados brutalmente (hasta el punto de que ambos han perdido un ojo y tiene los brazos paralizados). “Al llegar a la base de Seleka -dice el misionero- sólo había un hombre armado. Las cárceles estaban llenas. Empecé a preguntar cuando dejarán de torturar a las personas y mantenerlas en la cárcel. Otros rebeldes vinieron y les pregunte dónde estaba el jefe. Me dijeron que estaba en la casa de enfrente, donde reside el “coronel” de Seleka.
El “coronel” se acercó, continúa el P. Aurelio. “Le dije que había ido para protestar contra los abusos, y le expliqué lo que había pasado. Él respondió que es su trabajo. Yo le respondí que no es su trabajo detener a las personas, y menos aún golpearles y luego le pedí la liberación de al menos un prisionero, que estaba muy grave, pero se negó. En ese momento otro “coronel” - (un cierto Goni) llegó gritando que me iba a matar. Porque no tenía derecho a venir a interceder por los detenidos. Me amenazó con un arma, y luego me dio una bofetada”, concluye el padre Aurelio. “Mi amargura es que no pude conseguir la liberación de al menos una persona”, dice.
El presidente Michel Djotodia, instalado en el poder por los rebeldes, ha anunciado la disolución de Seleka, pero según el P. Aurelio “se trata de una operación de fachada. La disolución de Seleka en el territorio no la hemos percibido en absoluto. Los rebeldes están aquí y tienen la intención de quedarse, tratando de extorsionar lo máximo posible a una población muy pobre”. “El desarme de los miembros de Seleka en la capital, Bangui, dio lugar a la recuperación de cerca de 150 armas, pero se sabe que los rebeldes son al menos 25.000”, dice el padre Aurelio.
La República Centroafricana se mantiene en una situación precaria a pesar del despliegue de los soldados de la fuerza de mantenimiento de paz de los países vecinos.
En Bossangoa, en el noroeste de la República Centroafricana, Seleka y los hombres leales al derrocado presidente François Bozizé se han enfrentado entre sí en los últimos días (véase Fides 12/9/2013). “Es difícil conocer la situación en torno a Bossangoa, porque las líneas telefónicas siguen interrumpidas y las personas que huyen de la zona no siempre saben lo que está pasando con claridad”, concluye el misionero. (L.M.) (Agencia Fides 18/9/2013)
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