Caacupé (Agencia Fides) – Su Exc. Mons. Lucio Alfert, O.M.I., obispo del Vicariato apostólico de Pilcomayo (Paraguay), celebró ayer, 30 de noviembre, primer domingo de Adviento, la Misa en la Basílica de Caacupé, por el tercer día de la novena en preparación a la fiesta de la Virgen, patrona de Paraguay. Durante su homilía, el obispo habló con fuerza de la situación de las poblaciones indígenas, que se ven discriminadas y excluidas de sus proprias tierras, mientras que en el pasado incluso la capital y la zona metropolitana les pertenecía. Al mismo tiempo que expresó su profundo dolor porque los nativos que llegan a la capital a menudo caen víctimas de la toxico-dependencia y son explotados sexualmente.
Al referirse al rol que deberían cumplir los gobernantes, Mons. Alfert dijo: “a veces me da la impresión de que hay pocos políticos y autoridades que aman la patria y al pueblo”. Recordando después que las autoridades son puestas para servir al pueblo: “el carisma de un verdadero político es ser un servidor del pueblo”. Dios distribuyó dones y capacidades a todos, a los políticos también, pero “estos no los usan para servir al pueblo, sino para explotarlo y servirse del pueblo”. Por último, al referirse a la constante corrupción, se preguntó: “¿Cuándo veremos a un político santo?”.
La devoción a la Virgen de Caacupé tiene su origen en 1600, cuando un indígena guaranì realizó en la madera una imagen de la Virgen. La devoción popular con el pasar de los años ha aumentado la fama del Santuario dedicado a la Virgen de Caacupé, que se ha convertido en el más frecuentado de la nación. La fiesta es el 8 de diciembre, y se precede de una novena durante la cual grupos de peregrinos de todo el país se dirigen al Santuario con sus obispos. (CE) (Agencia Fides, 01/12/2014)
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