Freetown (Agencia Fides) - “La situación creada por la epidemia de Ébola es realmente horrible. Nuestros trabajadores sanitarios están sometidos a riesgos muy graves, y algunos de ellos han perdido la vida” dice el padre Pablo Sandi, Secretario General de la Conferencia Episcopal de Sierra Leona y Gambia, en un llamamiento para apoyar al hospital católico de Serabu, ubicado a 225 kilómetros de distancia de Freetown, capital de Sierra Leona. El centro de salud cuenta con 80 camas y atiende a 3.000 pacientes por año de los seis pueblos de los alrededores.
Según los obispos locales el hospital necesita urgentemente medicinas, guantes, mascarillas y otros equipos médicos para hacer frente no sólo al ébola, sino también al cólera, la malaria y la fiebre tifoidea, infecciones que se están extendiendo por la inestabilidad social y económica causada por la epidemia de Ébola. El brote de Ébola en Sierra Leona, Guinea y Liberia está teniendo graves repercusiones en el tejido económico y social de estos países. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) un millón de personas en los tres países afectados por la epidemia están en riesgo de escasez de alimentos por las consecuencias de la epidemia. “El cierre de las fronteras, las medidas de cuarentena, la prohibición de la caza y otras restricciones adoptadas para detener la propagación del virus, dificultan el acceso de las personas a los alimentos”, se lee en un comunicado de la FAO y del PMA (Programa Mundial de Alimentos) que lanzan un llamamiento a la acción urgente en favor de los países afectados. (L.M.) (Agencia Fides 18/12/2014)
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