Bujumbura (Agencia Fides) - “No creemos en esta pista. La detención de esta persona es una excusa para desviar la investigación sobre el homicidio de las hermanas”, dice a Fides la hermana Delia Guadagnini, ex Superiora regional de las Misioneras Javerianos en la República Democrática del Congo y Burundi, que conocía bien a las tres hermanas, localizada por teléfono de camino a Bukavu, donde acompaña a sus hermanas de comunidad a la ciudad congoleña donde serán enterradas.
La policía de Burundi ha comunicado que ha arrestado al culpable del asesinato de las tres misioneras Javerianas, la hermana Lucía Pulici, la hermana Olga Raschietti y la hermana Bernadetta Boggian, salvajemente asesinadas el domingo 7 de septiembre en la misión de Kamenge, un distrito al norte de Bujumbura, capital de Burundi (véase Fides 08/09/2014, 09/09/2014). Christian Claude Butoyi, de 33 años, parece haber matado a las tres religiosas porque estaba convencido de que su convento fue construido en un terreno que pertenecía a su familia.
“No creemos que este horrible crimen ha sido cometido por una sola persona - dice la hermana Delia Guadagnini -. La impresión es que han sido más de una persona y que aunque es horrible de decir, 'sabían hacer el trabajo', así como conocían muy bien nuestra casa. El Señor juzgará. Sin embargo, seguiremos adelante con nuestra misión”.
La religiosa continua: “ayer por la mañana en Bujumbura, en el funeral de nuestras hermanas, nos sentimos confortadas por la presencia de un gran número de personas, desde las más simples a las autoridades. Inmediatamente después del funeral comenzó el recorrido de la procesión fúnebre. Hasta la frontera con la República Democrática del Congo fuimos escoltadas por la policía de Burundi. Luego, cruzando la frontera, llegamos a Luvungi donde nuestras tras misioneras trabajaron durante mucho tiempo. Allí nos detuvimos para celebrar una misa de sufragio. Nos hemos puesto en camino de nuevo esta mañana a las 6 am, esperamos llegar a 11 para la misa”, dice la hermana Delia, con la esperanza de que “la sangre derramada traiga nuevas vocaciones a la Iglesia y África. Les esperamos. Espero que los jóvenes italianos se sienten movidos por este evento”, y concluye: “Yo voy a ocupar el lugar dejado por las hermanas asesinadas”. (L.M.) (Agencia Fides 11/9/2014)
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