Roma (Agencia Fides) – “Mártir discreto y reservado de la caridad”: con estas palabras Su Exc. Mons. Nuncio Galantino, Obispo de la Diócesis de Cassano al Jonio y Secretario General Interino de la Conferencia Episcopal Italiana, ha definido al padre Lázaro Longobardi, párroco de la parroquia de San Rafael Arcángel en Sybaris, que ha sido encontrado muerto en la mañana del 3 de marzo, cerca de la casa parroquial al lado de la iglesia de San José, donde vivía. Bajo su cuerpo se ha encontrado la barra de hierro con la que fue asesinado muy probablemente en la noche del domingo, 2 de marzo.
El sacerdote, nacido en 1945, fue ordenado sacerdote en 1971. Desde 1987 fue párroco de Sybaris, estimado y amado por toda la comunidad parroquial, a favor de la que se había comprometido con la promoción del Evangelio, junto a los jóvenes, de los últimos y los marginados, especialmente de los miles de inmigrantes que acuden a la zona en busca de trabajo. Según las autoridades, uno de ellos, que ha sido detenido, podría haber tratado de robar dinero al sacerdote bajo la amenaza de tomar represalias: tras la negación del sacerdote a la enésima petición del muchacho, al que en el pasado el sacerdote había regañado por robar dinero, incluso del cajón de las ofertas, pero sin denunciarlo con la esperanza de su arrepentimiento, se ha producido el final trágico.
“De la investigación resulta la triste verdad de una muerte debido a la infinita bondad y confianza en los demás - dice Mons. Galantino -. Pero también es importante el hecho de que las investigaciones hayan dado un giro positivo gracias a la colaboración de otro migrante joven, uno de los muchos que Padre Lázaro había ayudado en su camino de inclusión social: esto es una prueba de que el bien siempre triunfa sobre el mal. Y esto es, muy probablemente, la lección más real y significativa que nos deja la vida de un hombre, un sacerdote que se había entregado por entero a Cristo, al prójimo, a los más débiles e indefensos” (SL) (Agencia Fides 5/3/2014)
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