Goroka (Agencia Fides) – En la lucha a las creencias y prácticas de la brujería, una plaga que aflige a Papua Nueva Guinea, la contribución de las iglesias es crucial para lograr un cambio real en la mentalidad y en la práctica de las personas. Las iglesias cristianas tienen un papel vital que desempeñar, al lado y junto con otras instituciones, como el gobierno, la escuela y los servicios sanitarios públicos. Así lo afirma en una nota enviada a la Agencia Fides el P.. George Licini, de la Oficina de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Papua Nueva Guinea y las Islas Salomón.
Recientemente, se ha dedicado una conferencia nacional, con expertos, sacerdotes, teólogos y líderes civiles, al fenómeno de la brujería, que se ha celebrado en la Universidad de Goroka. Entre los participantes, el verbita p. Franco Zocca, SVD, profesor en el “Instituto de Melanesia”, ha dicho: “El cristianismo en Papua Nueva Guinea no ha logrado hasta ahora erradicar la creencia de que la magia y la brujería maléfica son la causa de enfermedades, desastres naturales y muerte”. Es urgente, por tanto, desarrollar una “respuesta nacional” para superar la mentalidad actual de esa creencia. Hay que decir que incluso en Europa hasta hace siglos, especialmente durante las epidemias de peste, se acusaba a algunas personas de causar enfermedad y muerte a través de la brujería. “En la moderna Papua Nueva Guinea, la situación es la misma y muchos líderes cristianos siguen creyendo que la enfermedad, la muerte y los desastres son causados por la brujería”, señala el p. Zocca. Las acusaciones y los juicios contra presuntos brujos en Occidente cesaron solo después de que los descubrimientos científicos y médicos explicaron las causas naturales de la enfermedad. Basándose en esta experiencia, la conferencia de Goroka invita a las iglesias a actuar con eficacia, junto con las instituciones públicas, para erradicar las creencias esotéricas. Cuando se trata de “creencias”, de hecho la teología tiene un papel importante que desempeñar. “La fe cristiana en el poder de Jesucristo es, de hecho – concluye el p. Licini - el más poderoso antídoto para contrarrestar esas creencias demoníacas”. (PA) (Agencia Fides 2/1/2014)
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