Bangkok (Agencia Fides) – Negar la posibilidad de votar el 2 de febrero, fecha fijada para las elecciones, es una perspectiva “potencialmente catastrófica” y podría desencadenar la violencia generalizada. Por esta razón, es urgente que los dirigentes talilandeses inicien un “diálogo nacional” lo más inclusivo posible, para restaurar la estabilidad en el país. Así dice el último informe dell'Internationl Crisis Group (ICG), un prestigioso think-tank con oficinas en muchos países de todo el mundo. Según el informe enviado a la Agencia Fides, si la campaña contra el gobierno hace descarrilar la perspectiva de las elecciones, el riesgo es que se produzca un “golpe de estado militar”.
El documento señala que las protestas se están extendiendo en grandes zonas del país. El Partido Demócrata, dirigido por el secretario general Suthep Thaugsuban, ha decidido boicotear las elecciones y parece decidido a derrocar al gobierno de Yingluck Shinawatra, hermana del ex primer ministro Thaksin, en el exilio. Se quiere crear un “Consejo del Pueblo” de 100 representantes, por un período de dieciocho meses, que pueda poner en marcha reformas estructurales, como la descentralización, los gobernadores elegidos por el pueblo, la reforma de la policía, leyes anti-corrupción.
Desde 2005, las tensiones políticas han conducido un conflicto social en Tailandia, a menudo centrado en la figura del magnate Thaksin Shinawatra, que gobernó en los últimos años, y luego fue mandado al exilio. En 2011, la victoria electoral de su hermana Yingluck ha demostrado que parte del país seguía con él. En noviembre de 2013, los diputados del Partido Demócrata dimitieron en masa y, el 9 de diciembre, Yingluck disolvió el Parlamento, fijando las elecciones para febrero.
Pero el Partido Demócrata hoy ha decidido boicotear las elecciones y apoyar la protesta. Los manifestantes han impedido el registro de los candidatos en 28 distritos electorales al sur del país.
La nación, según el informe de ICG está totalmente “polarizada”. El ICG insta al Partido Demócrata “a buscar el cambio político no violento y el respeto por los derechos humanos”, “a comprometerse en el proceso democrático, apoyando una mesa de diálogo”, en la que presentar cuestiones como la descentralización y la reforma de las instituciones, que debe ser discutido a nivel nacional. (PA) (Agencia Fides 16/1/2014)
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