Bogotá (Agencia Fides) – En los últimos 15 años ha habido miles de niños y niñas soldados que han logrado escapar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y de las del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Los niños son entrenados para usar armas, mientras que las niñas son utilizados como espías para recabar información porque nadie sospecharía de una niña. Para las niñas es mucho más fácil transportar dinero, armas y drogas. Si quedan embarazadas son obligadas a abortar.
Para tratar de hacer frente a este grave flagelo, el Gobierno ha iniciado un programa de rehabilitación en un asentamiento rural en el oeste de Colombia. Los datos oficiales indican que, en los primeros seis meses de este año, la tasa de deserción de los combatientes se ha incrementado en un 40% comparado con el mismo período del año pasado. El aumento coincidió con el inicio de las conversaciones de paz entre las FARC y el gobierno, aunque es imposible decir si existe una relación. Algunos de los niños 'despedidos' son asistidos en la estructura gubernamental, que sigue siendo secreta para protegerlos de las facciones rebeldes a las que han abandonado. Para ayudar a aliviar el trauma de lo que han vivido, los niños pueden permanecer en el centro durante varios meses, hasta que muestren signos de recuperación y encuentren lugares adecuados y seguros en los que vivir. Cultivan vegetales, alimentan a los animales y aprenden a confiar en las personas desconocidas. Las historias que cuentan las víctimas representan una pequeña parte de la brutalidad experimentada en el país de América Latina en los últimos 50 años de conflicto. El gobierno acusa a los rebeldes de seguir reclutando niños y para prevenir el reclutamiento, en algunas ciudades organiza campañas e iniciativas de caridad para los jóvenes. (AP) (16/1/2014 Agencia Fides)
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