Zacatecas (Agencia Fides) - La situación social en la región de Zacatecas, según los datos recogidos por la Agencia Fides, es muy tensa debido al despido de unos 400 trabajadores en las minas de una gran compañía canadiense en Peñasquito. Según un informe oficial de la empresa, esta medida drástica ha sido considerada de carácter “temporal” debido a la falta de recursos y financiación. La empresa en cuestión tiene unos 1.300 trabajadores, por lo que 400 despidos es un número considerable.
En Mazapil, donde trabajan más de 3.000 obreros, todas las carreteras han sido bloqueadas por los manifestantes que piden que se mantengan las promesas realizadas por los dueños de las minas de realizar escuelas y hospitales, que hasta ahora no han comenzado.
Hablando del conflicto de las minas de Peñasquito y Mazapil, el obispo de la diócesis de Zacatecas, Su Exc. Mons. Sigifredo Noriega Barceló, ha señalado que hay situaciones en las que todos estamos involucrados. “Esto implica saber cómo gobernar: involucrar a todos, incluso cuando hay conflictos, se debe buscar las formas de resolver juntos los problemas de forma adecuada”, ha comentado en su homilía de la misa dominical.
El obispo ha explicado también que puede haber diferentes posiciones y puntos de vista, en temas como la ecología, el concepto mismo de desarrollo, la forma en que se hacen contratos y acuerdos; “sobre todo en época de elecciones, estos son conflictos con un valor social relevante, por lo que se aprovecha de toda circunstancia para buscar justicia, el cumplimiento de la ley, pero también el bien común”.
Mons. Noriega ha recordado la situación particular de los migrantes y de las personas que trabajan en las minas, todos con una vida muy corta, y también, en la región del desierto de Zacatecas, que es aún peor por las muchas dificultades que encuentran. “Sin embargo, la Iglesia Católica tiene tres parroquias y cinco sacerdotes que trabajan en la zona”, ha destacado. Luego ha subrayado: “Tenemos que ser realistas, es una región desértica y es muy difícil sobrevivir, pero las cosas cambian. Ahora se impone la inteligencia de los trabajadores y sirve el apoyo de las autoridades para ver y preparar un futuro diferente. Es por eso que tenemos que mostrar solidaridad, reconociendo que es una situación que afecta a todos, trabajadores, empresas, gobiernos, todos nosotros, con justicia y solidaridad”. (CE) (Agencia Fides, 19/01/2015)
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