Kinshasa (Agencia Fides) - Los acontecimientos en Burkina Faso, donde el presidente Blaise Compaoré se ha visto obligado a abandonar el poder después de 27 años de gobierno ininterrumpido, son seguidos de cerca en toda África, y en particular en aquellos países en los que está en marcha un intento (como el que ha tentado Compaoré y que ha fracasado) de enmendar la Constitución para permitir que el jefe de Estado en cargo obtenga un tercer mandato presidencial.
Es el caso de la República Democrática del Congo, donde el presidente Joseph Kabila ha propuesto modificar el artículo 220 de la Constitución con el fin de presentarse de nuevo a las elecciones de 2016. Su proyecto ha provocado fuertes protestas de la oposición, la sociedad civil, de la iglesia local (véase Fides 17/9/2014) y de ciertos países extranjeros (como los EE.UU. y Alemania).
Incluso entre los miembros de la coalición que apoya a Kabila, hay algunos que se oponen a la enmienda constitucional, como el Sr. Jean-Claude Muyambo, natural de Kolwezi en Katanga, la provincia del sur famosa por su intento secesionista de los años 60, rica de cobre y cobalto. Durante una visita a Sudáfrica, Muyambo afirmó que la República Democrática del Congo necesita instituciones estables y democráticas, y que la enmienda constitucional las pone en riesgo. “Los sudafricanos quieren realizar importantes inversiones en nuestro país. Si hay disturbios, su inversión se volatizará”, advirtió.
Según una nota enviada a la Agencia Fides, los responsables de la prisión central de Kinshasa han incautado las televisiones colocadas en las celdas para impedir a los internos el seguir los acontecimientos en Ouagadougou, por temor de que se fomenten los disturbios. Una delegación de la mayoría presidencial ha estado en la capital de Burkina Faso para observar la estrategia del presidente Compaoré para imponer la enmienda constitucional. Una misión que se ha visto superada por los acontecimientos (L.M.) (Agencia Fides 3/11/2014)
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