Manila (Agencia Fides) – Un año después de la catástrofe causada por el tifón Haiyan (Yolanda), que golpeó el centro de Filipinas, en noviembre de 2013, las organizaciones religiosas, los grupos ambientalistas, las organizaciones de derechos humanos, han presentado una petición al Banco Mundial, solicitando la reducción de la deuda externa de Filipinas y que se trasforme ese dinero en ayuda para la reconstrucción.
Hace un año, Haiyan, el tifón más fuerte jamás registrado en el país, se abatió en el área de Leyte, causando al muerte de 6.000 personas y dejando tras de sí a 4 millones de refugiados. Filipinas ha recibido cerca de 850 millones de dólares en ayudas de solidaridad, pero se han gastado más de 6 billones de dólares para cubrir la parte de su deuda externa, con los intereses. Parte de esa deuda nació con el régimen del dictador Ferdinand Marcos, que en veinte años en el poder, se estima que sustrajo al Estado entre 5 y 10 mil millones de dólares.
“Sin abordar la cuestión de la deuda externa de las Filipinas, es difícil reconstruir y prepararse adecuadamente para futuros desastres”, dice en un comunicado enviado a la Agencia Fides Eric LeCompte, director ejecutivo de la Coalición “Jubileo”, que ha promovido la campaña abolicionista de la deuda. Las Filipinas están financiando la recuperación económica en gran parte a través de nuevos préstamos, incluidos 2 billones de dólares del Banco Mundial y del Banco Asiático de Desarrollo. El estado gasta alrededor de 15 al 20% de su presupuesto anual para pagar los intereses de la deuda, más de lo previsto en áreas como la salud o la educación (PA) (Agencia Fides 11/11/2014)
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