Managua (Agencia Fides) – Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) se reunieron ayer por la tarde, 21 de mayo, en la Nunciatura Apostólica, con el Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, iniciando así el camino para el diálogo entre la Iglesia y el gobierno. Entre los participantes también estaba el Arzobispo Emérito de Managua, el cardenal Miguel Obando Bravo, mientras que el Nuncio Apostólico, Mons. Fortunato Nwachukwu, fue el anfitrión. El Presidente Ortega estuvo acompañado por su esposa, Rosario Murillo.
Los obispos presentaron al Presidente un texto de 14 páginas, enviado a la Agencia Fides, que lleva el título de “En búsqueda de Nuevos Horizontes para una Nicaragua mejor”. El documento está dividido por temas: la familia, el problema social, Derechos Humanos, el caso del Vicariato Apostólico de Bluefields, la evangelización y el respeto por la institución.
“En este texto hemos querido hacernos eco de las inquietudes y esperanzas de la nación en
un modo profético, propositivo y esperanzador” se lee en la introducción. “Aunque este documento va dirigido explícitamente al Gobierno de la República, que lo ha acogido con mucho interés y respeto, invitamos a la comunidad eclesial y a todos los ciudadanos de Nicaragua a hacerlo objeto de reflexión y de oración” continuan los obispos.
Por cada tema se describe la realidad y se propone una solución desde el punto de vista de la comunidad eclesial. El caso del Vicariato Apostólico de Bluefields es muy complejo, y desde hace mucho tiempo es objeto de atención de toda la Iglesia: por un lado están los pueblos indígenas que viven en zonas de la selva y parte de la costa, por otra los nuevos “colonos” que llegan a estas tierras para explotar los recursos naturales destruyendo el hábitat de los primeros. “Tenemos que evitar este choque de culturas”, dicen los obispos, y agregan a la situación de esta zona, el problema de los grandes proyectos nacionales como el Canal Interoceánico.
En la conclusión, el documento afirma: “No podemos ni queremos sustituir al Estado; sin embargo, no podemos ni debemos quedarnos al margen de la historia en la búsqueda y la construcción de una sociedad más justa y más pacífica… a Iglesia no tiene soluciones para todas las cuestiones particulares, pero junto con las diversas fuerzas sociales, acompaña las propuestas que mejor respondan a la dignidad de la persona humana y al bien común”. (CE) (Agencia Fides, 22/05/2014)
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