Lilongwe (Agencia Fides) - “Año tras año, nos aferramos a la Pascua como un ancla de salvación, especialmente para los jóvenes, los chicos de hoy, a la que tenemos que poder dar una señal de esperanza” escribe desde Malawi el padre Piergiorgio Gamba, misionero Monfortino.
“Es un año muy difícil para Malawi y para su gente. Primero el diluvio, y luego una sequía repentina que está acabando con lo que iba a ser una cosecha capaz de producir suficientes alimentos para un año”, dice el misionero.
“Según las estadísticas preliminares, faltará el 30% de los alimentos necesarios. Esta es la preocupación de una nación que ha sido relegada al último lugar en la lista de los países más pobres del mundo. Un hecho que trae mucha tristeza a los 15 millones de personas que se preguntan cuándo cambiarán sus vidas a mejor”.
“Hoy todavía necesitamos la Pascua”, continúa el p. Gamba. “Muchas familias no han podido reconstruir sus cabañas después de las inundaciones y siguen viviendo como refugiados en los campamentos”.
Pero el p. Gamba no se rinde y acaba de abrir un nuevo centro juvenil para infundir nueva vida en los jóvenes. “La misión se ha comprometido a sembrar esperanza. Este es el más hermoso deseo: que podamos traer de vuelta la fiesta a nuestros días y la alegría que llena nuestras vidas”, concluye el misionero. (L.M.) (Agencia Fides 1/4/2015)
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