Kinshasa (Agencia Fides) - “Las masacres en la región de Mbau, en la diócesis de Butembo-Beni son claramente un crimen contra la humanidad”, afirma el mensaje escrito por los miembros de los Consejos Generales de diferentes órdenes y congregaciones religiosas en la diócesis de Butembo-Beni, en el este de la República Democrática del Congo, donde desde hace tiempo se suceden actos de violencia contra la población civil, por parte de algunos grupos armados.
Justo en esa zona desde octubre de 2012 no hay noticias de tres padres Asuncionistas (Agustinos de la Asunción), de nacionalidad congoleña, Jean-Pierre Ndulani, Anselme Wasikundi y Edmond Bamutute, desaparecidos la tarde del 19 de octubre de 2012 en su parroquia de Notre-Dame des Pauvres en Mbau, a 22 km de Beni (véase Fides 22/10/2012).
“Las masacres ante las que respondemos con fuerza, han sucedido entre octubre de 2014 y marzo de 2015. Por la información que poseemos sabemos que los ciudadanos desarmados e indefensos han sido secuestrados y asesinados en los pueblos del territorio de Beni. Las redadas nocturnas han provocado el secuestro de algunas personas y el asesinato de otras”, afirma el mensaje.
“Las masacres son horribles: algunas personas han sido degolladas; los brazos de numerosos niños amputados, han violado y destripado a las mujeres y masacrado a familias enteras. Las víctimas han sido brutalmente asesinadas con machetes, cuchillos y hachas. Hasta la fecha, más de 400 personas han sido asesinadas con esta ferocidad”.
Las consecuencias sobre la población de esta violencia son: la escasez de alimentos, el mal funcionamiento o interrupción de los servicios médicos, el éxodo de la población, las migraciones.
“Es inadmisible que la inestabilidad de la República Democrática del Congo y los asesinatos de este tipo se repitan y que el país siga inmerso en una espiral de violencia”, dicen los religiosos que también denuncian “la destrucción del ecosistema de esta región, que tiene la segunda selva virgen más grande del mundo después del Amazonas”.
Los misioneros concluyen con un llamamiento a las instituciones de la ONU y de la comunidad internacional “para que se comprometan a trabajar por la estabilidad de la República Democrática del Congo, de forma que 'el gigante dormido' pueda despertar y contribuir a su propio crecimiento y al desarrollo de los pueblos, no sólo de la región, sino también del sub-continente y de toda África. (L.M.) (Agencia Fides 10/4/2015)
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