Washington (Agencia Fides) – La práctica de detener a las familias de inmigrantes que huyen de la violencia en Centroamérica será una “mancha” en la herencia del presidente Barack Obama y en la imagen del país: lo han declarado ayer, 9 de abril, los líderes religiosos que han visitado recientemente el centro de detención para familias en Dilley, Texas (Véase Agencia Fides 28/03/2015).
Kevin Appleby, director de las políticas migratorias de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), ha advertido de que la práctica de la detención “tiene el potencial suficiente para deteriorar el legado del Presidente sobre el tema de la inmigración. Con una mano se da y con la otra se quita”.
En la nota recibida en la Agencia Fides se señala también que, en la conferencia de prensa celebrada ayer por la “Lutheran Immigration and Refugee Service” (LIRS), que forma parte del grupo que ha visitado el centro de Texas, se ha planteado la cuestión de las organizaciones de asistencia a los inmigrantes que son una expresión de las entidades religiosas (6 de 9 en total). Se les acusa de no proporcionar atención sanitaria completa, según la ley estadounidense, que también incluye el aborto y el uso de anticonceptivos entre los adolescentes. De hecho, entre los inmigrantes hay varias jóvenes embarazadas como consecuencia de la violencia sufrida por los militares o por los criminales que se han aprovechado de su condición.
Uno de los grupos que insiste en este aspecto es la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), que inicialmente trabajaba con Cáritas y otras entidades de confesión cristiana en favor de los migrantes, y que ahora les acusa de no dar asistencia médica a las jóvenes inmigrantes embarazadas. La USCCB ha reiterado que este enfoque va en contra de sus principios y los derechos de estas personas vulnerables. (CE) (Agencia Fides, 10/04/2015)
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