Roma (Agencia Fides) - Las común raíz en Abraham y el dolor causado por los sangrientos conflictos de Oriente Medio y algunos países africanos están en el centro de dos mensajes enviados por importantes representantes de la Iglesia católica en África con motivo de la fiesta musulmana de Aid El Adha (“fiesta del sacrificio”), llamada en algunos Estados africanos “fiesta de Tabaski”, la fiesta musulmana más importante que conmemora la sumisión de Ibrahim (Abraham) a Dios, aceptando sacrificar a su único hijo.
“Nos unimos a ustedes, recordando nuestra fe común en el Dios de Abraham, padre de todos los creyentes”, escriben los Obispos de Níger, en un mensaje a la comunidad islámica local. Este mensaje recibido también en la Agencia Fides, continúa: “No podemos olvidar que este año la fiesta se tiñe de tristeza para muchos de los fieles, a causa de la violencia y la guerra que amenazan seriamente nuestro mundo. Conocemos la montaña de miseria y de lágrimas de millones de seres humanos que viven en la inseguridad y que están privados de lo esencial. Sus sufrimientos nos están impulsando a colaborar juntos para buscar, como creyentes, las vías del respeto mutuo, la paz y la solidaridad aquí y en todas partes”, dicen los obispos nigerianos.
En su mensaje a la comunidad musulmana local, Mons. Claude Rault, Obispo de Laghouat-Ghardaïa (Argelia), afirma que “la fiesta de Aid El Adha es siempre la oportunidad de expresar los lazos de hermandad de nuestro padre Abraham. Recordando que Dios no permitió el sacrificio del hijo de Abraham, Mons. Rault subraya que “Dios es el Creador y Protector de toda vida. Él es quien ha creado a los seres humanos y no quiere que su sangre sea derramada por mano humana”.
“En estos tiempos dolorosos de conflicto, en particular en Oriente Medio, nuestras lágrimas se funden en una cuando la sangre inocente de los cristianos o los musulmanes se derrama por la violencia, de cualquier proveniencia que esta sea. Los que participan o apoyan tales actos están actuando en contra de Dios y de la humanidad. A menudo, pretenden honrar a Dios, pero en cambio le traicionan”, dice Mons. Rault.
“En nombre de nuestra fraternidad, adoradores del mismo Dios, continuamos luchando por la batalla justa, por la dignidad de toda vida humana, pero con las armas pacíficas de diálogo, la oración y la misericordia”, concluye el mensaje. (L.M.) (Agencia Fides 15/10/2013)
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