Lahore (Agencia Fides) – En el caso de tres mujeres cristianas despojadas de sus ropas, humilladas y escarnecidas por unos musulmanes en Kasur - un mes después del episodio que se produjo el 3 de junio, que causó estupor e indignación en Pakistán (véase Fides 3/7/2013) - la justicia finalmente se ha movido. Según la información de la Agencia Fides, después de la presión y las protestas de las comunidades cristianas y la sociedad civil, después de los fuertes llamamientos a la política y las instituciones, la Alta Corte de Lahore ha tomado nota de la cuestión y ha enviado un juez de distrito a Kasur para investigar el incidente. El juez tendrá la tarea de presentar un informe dentro de dos semanas.
La Alta Corte ha convocado a las dos partes en el tribunal, registrando declaraciones y criticando las acciones de la policía local. Uno de los acusados, Muhammad Munir, explicando su versión de los hechos en una declaración jurada, ha admitido que las tres mujeres cristianas fueron golpeadas, despojadas de sus ropas y obligadas a desfilar desnudas en la ciudad.
En el comunicado, enviado a la Agencia Fides, Munir admite que todo comenzó debido a la invasión de algunos rebaños del cristiano Shoukat Masih y de su padre Sadiq Masih en la tierra del padre de Munir, un terrateniente. Convencido por los demás, Munir fue con otros 11 hombres musulmanes a la casa de Shoukat, para enseñarle una lección. Al no encontrarlo en casa, algunos hombres comenzaron a golpear a las mujeres presentes, Arshad Bibi, Sajida Bibi y Sauriya Bibi, arrastrándolas por el pelo hasta e mercado, donde fueron despojadas de las ropas, burladas y humilladas públicamente.
Munir afirma que sólo fue testigo de la escena (por lo tanto se convierte en un testigo ocular) y que no tomó parte activa en la violencia. El abogado de las mujeres, el cristiano Mushtaq Gill, dice a la Agencia Fides estar “satisfecho con el progreso de los hechos y de las disposiciones de la Corte Suprema”. Gill es Director de la Ong Lead, que presta asistencia jurídica gratuita a las víctimas.
Este episodio se ha convertido en un “caso político” en Pakistán, porque el propietario del terreno en cuestión, el musulmán Abdul Rasheed, es un conocido defensor del Pakistan Muslim League-N (PML-N), el partido en el gobierno en Punjab y a nivel federal. Según ha informado a la Agencia Fides, la parlamentaria Rana Ishaq, miembro de la Asamblea Nacional en las filas del PML-N, ha defendido públicamente y tratado de ayudar a Abdul Rasheed y su hijo, para evitar que fueran acusados. (PA) (Agencia 17/7/2013)
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