ASIA/MYANMAR - Una religiosa implora a la policía que perdone a los jóvenes manifestantes y el cardenal Bo reza por “la transfiguración de la nación”

Myitkyina - Una religiosa católica ha salido a las calles de la ciudad de Myitkyina, capital del estado de Kachin, en el norte de Mynamar, rogando de rodillas a las fuerzas de seguridad que no dispararan contra los jóvenes manifestantes que protestan de forma pacífica. La hermana Ann Nu Thawng, de la congregación religiosa de San Francisco Javier, instituto de derecho diocesano en Myitkyina, es el ícono de la jornada de ayer, 28 de febrero, marcada por la dura represión de la policía que, según las Naciones Unidas, disparó contra los manifestantes de todo el país, matando a 18 personas y dejando a más de 30 heridas.
“En la zona de Myitkyina, hasta ahora las manifestaciones siempre han sido pacíficas y sin incidentes. Pero ayer algunos episodios de violencia amenazaron con hacer precipitar la situación”, explica a Fides Joseph Kung Za Hmung, director de “Gloria News Journal”, el primer periódico católico en la web en Myanmar. “La acción de la religiosa y la respuesta de la policía que, al ver la súplica de la monja, se detuvo, ha sorprendido a muchos de nosotros. La hna. Ann hoy es un modelo para los líderes de la Iglesia: los obispos y sacerdotes están llamados a dejar sus zonas de confort y dar ejemplo de su valentía”, comenta, señalando que muchos no católicos también han elogiado a la hermana Thawng, cuyo acto se ha convertido en viral en las redes sociales. “Más de 100 manifestantes pudieron encontrar refugio en su convento. Los salvó de golpes brutales y de arrestos policiales”, dice el Director.
Por su parte, el cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon, en su homilía de ayer, segundo domingo de Cuaresma, hablando de la crisis social y política en el país, comentó: “El Evangelio de la Transfiguración es tan actual, reverbera los acontecimientos de estos días: ¿Qué transfiguración estamos buscando en Myanmar hoy? Si la buscamos, toda la confusión, toda la oscuridad, todo el odio se irá y nuestro país, la famosa Tierra del Oro, se transfigurará en una tierra de paz y prosperidad”. “En el último mes - prosiguió el cardenal - todos hemos implorado: la paz es el único camino, la paz es posible. El Papa Francisco ha pedido la resolución de todos los conflictos a través del diálogo. Los que quieren el conflicto no desean el bien a esta nación. Convirtámonos todos en Elías proclamando la paz, encendiendo una lámpara de esperanza en medio de las tinieblas”. El cardenal Bo también elevó una oración por la nación que “ha visto tanto sufrimiento, tanta guerra, tantas muertes” afirmando: “Como Abraham, buscamos una tierra prometida. La tierra prometida llega cuando estamos dispuestos a sacrificar aquello que consideramos como muy estimado”.
Y concluyó su mensaje diciendo: “La conversión es el mensaje central de la Cuaresma. Desafiémonos a nosotros mismos. Veámonos bajo una mejor luz. Hay un nuevo mundo posible, un nuevo Myanmar posible, una nación sin conflictos es posible si esta nación se transfigura en la gloria que se merece. Hagamos de la paz nuestro destino, no el conflicto. Las armas son inútiles. Debemos rearmarnos con la reconciliación y el diálogo. El Monte Tabor de Myanmar debe ser escalado con paciencia, tolerancia, si queremos ser testigos de la transfiguración. El mal debe desaparece, pero no puede ser destruido por otro mal”.
El ejército birmano tomó el poder el 1 de febrero en un golpe de Estado, declarando el “estado de emergencia” durante un año tras acusar de fraude electoral a la Liga Nacional para la Democracia, el partido del líder civil Aung San Suu Kyi, puesto bajo arresto.



Agenzia Fides
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