Buenos Aires – “El acto electoral debe ser una verdadera fiesta cívica, según la Constitución, y debe ser garantizado por el Estado, por los partidos políticos y los ciudadanos. Cada uno tiene un papel y una responsabilidad, que en conjunto constituyen el bien de la República. Todos somos responsables, nadie puede sentirse extraño”; lo ha publicado la oficina de prensa de la Conferencia Episcopal Argentina en vista de las elecciones presidenciales del 25 de octubre.
La CEA ya en marzo había pedido que el cambio de gobierno no significase una crisis sino una “normal alternación” en la vida democrática. En este mes de octubre , ha lanzado un llamamiento para que se haga todo lo posible para garantizar la transparencia de las elecciones y evitar cualquier acción que pueda causar “desconfianza y división entre los argentinos”.
Los Obispos han estado siguiendo de cerca la situación política en el país y siempre han aconsejado a la gente el estar atentos a la realidad social y política, con el fin de actuar mediante el voto como ciudadanos conscientes del futuro del país . Por esta razón la última Asamblea de los Obispos había prestado especial atención al estudio de la realidad política.
En Argentina, el voto es universal, secreto y obligatorio para los ciudadanos de entre 18 y 70 años. Los votantes son más de 30 millones, de los cuales muchos jóvenes menores de 20 años. Otro dato significativo se refiere a la cantidad de votantes en los suburbios de Buenos Aires, que ahora han superado algunas capitales de provincia.
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