El Paso – “Para los menores no acompañados, la deportación a sus países de origen a veces es una sentencia de muerte”, lo ha dicho el Obispo de la Diócesis de El Paso, Texas, Su Exc. Mons. Mark J. Seitz. Se trata de menores no acompañados procedentes de América Central que tratan de llegar a Estados Unidos.
Según la información de la Agencia Fides, el Obispo ha comentado que los niños y jóvenes centroamericanos “huyen de amenazas de muerte, de violaciones y no les podemos mandar de nuevo a la misma situación de la que han escapado”. “Cuando encontramos a alguien que es una víctima al borde de la carretera o en la frontera, tenemos que cuidar de él, esta es nuestra vocación como cristianos”, ha observado.
El 21 de octubre Mons. Seitz dio su testimonio ante la Comisión del Senado para la Seguridad Interna y los Asuntos gubernamentales y presentó algunas sugerencias para “mejorar la respuesta a estas poblaciones vulnerables en América Central, en México, en la frontera Usa-México y en los Estados Unidos” .
Según la información presentada a la diócesis católica de El Paso por diversas organizaciones, al menos 80 niños han sido asesinados en los últimos 18 meses tras ser deportados a sus países de origen. En muchos otros casos, los chicos sufren abusos después del arresto.
Mons. Seitz ha subrayado que es importante actuar mecanismos de protección internacional y programas dirigidos a mejorar la formación y el bienestar de los niños en América central, con el fin de evitar la fuga hacia el peligro.
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