Valipunam (Agencia Fides) - El pueblo de Valipunam, a 322 kilómetros al norte de la capital de Sri Lanka, Colombo, se encuentra en uno de los rincones más remotos de la antigua zona de guerra del país. Los caminos de tierra son imposibles de atravesar, no hay luces, las líneas de teléfono están fragmentadas y el cuartel de policía más cercano al centro del distrito de Mullaitivu destruido por el conflicto, está a kilómetros de distancia. Aquí incluso los hombres más fuertes tienen miedo de vivir solos en sus hogares. La situación es aún peor para las familias encabezadas por madres solass. En la provincia del norte del país, devastado por la guerra, entre 40 mil y 55 mil mujeres cabeza de familia luchan por sobrevivir, según las agencias humanitarias presentes en la región.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en junio de 2013, reveló que el 40% de todas las mujeres, entre los 467 mil repatriados que fueron desplazados durante las últimas etapas de la guerra, todavía se sienten en peligro en sus hogares, mientras que el 25% tienen miedo de salir de sus aldeas solas. Según los datos de el Durable Solutions Promotion Group, una coalición de organizaciones y agencias de voluntarios internacionales, los hijos de estas 40 mil mujeres son más vulnerables al abuso sexual. A pesar de estas impresionantes cifras, según los trabajadores humanitarios en la región, las mujeres que dirigen sus familias se encuentran entre las más resistentes en la antigua zona de conflicto. Algunas logran salir adelante gracias a la ayuda humanitaria, pero miles de otras se han derrumbado y no reciben ningún tipo de ayuda. (AP) (11/7/2014 Agencia Fides)
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