Abidjan – “Los catequistas en África han sido la piedra angular de la evangelización, han realizado un trabajo extraordinario. No eran simples colaboradores de los padres misioneros, sino actores importantes en la obra de evangelización de África. Así escribe a la Agencia Fides el padre Donald Zagore, sacerdote de la Sociedad de Misiones Africanas de Costa de Marfil, con motivo de la publicación del Motu proprio “Antiquum ministerium” del Papa Francisco.
“Con pocos recursos, espirituales y materiales, los catequistas acompañan y llevan adelante la esperanza de sus hermanos con determinación y fe. Creo que sin ellos, la evangelización en África no habría tenido el impacto que ha tenido. Por desgracia, cuando se habla de los ‘héroes’ de la evangelización en África, se olvida a los catequistas en beneficio de los misioneros religiosos. Quedan a la sombra de la historia, de la Iglesia, de los sacerdotes y de las religiosas. Muy a menudo esta preciosa fuente de evangelización ha quedado relegada a un segundo plano, catalizada en una dinámica de papel secundario”.
El padre Zagore señala que, a lo largo de la historia, los catequistas han sido las primeras víctimas del clericalismo. “Como no eran sacerdotes, su heroísmo o compromiso misionero se trivializaba de alguna manera”.
“Con este documento - añade el misionero -, el Papa Francisco quiere hacer justicia a los hombres y mujeres de fe que han entregado su vida a la misión, a la evangelización, a la Iglesia en África en particular, y a la Iglesia universal en general, reconociendo su ministerio de catequistas como una vocación en el centro de la vida de la Iglesia”.
“No se convirtieron en catequistas por casualidad, sino que respondieron generosamente a la llamada de Cristo como todos los sacerdotes, religiosos misioneros”, insiste el padre Zagore.
“La esperanza sería que la vocación de catequista en África no siga siendo considerada ‘de segunda categoría’ respecto a la sacerdotal. La vocación de los catequistas debe ser promovida como una vocación propia y, para ello, deben desplegarse todos los medios necesarios para hacer crecer este precioso don que Dios mismo ofrece a sus hijos e hijas”, concluye.
Publicar un comentario