Bangui – “Me estoy recuperando, creo que en unos días estaré listo para volver al trabajo” dice el p. Arialdo Urbani, el misionero betharramita que resultó herido cuando la camioneta que conducía, perteneciente a la Misión Católica de Niem, saltó sobre una mina colocada en la carretera entre Niem y Kolo, en la República Centroafricana .
“Estoy bien, sólo un poco magullado”, dice el religioso, que tiene una escayola en el brazo oculta bajo la camisa. El p. Arialdo volvía de visitar una serie de escuelas de pueblo dirigidas por misioneros cuando, a seis kilómetros de la misión, su coche chocó con una mina terrestre. “Oí un golpe y sentí que me levantaban y luego el golpe en el suelo. Me dije mí mismo ‘todavía estoy vivo’, pero entonces mire a mi alrededor y vi al chico al que había llevado yaciendo fuera del coche, porque había destrozado la puerta, desgraciadamente muerto”, dice el misionero. Otro joven, que acompañaba al misionero, sufrió heridas leves.
El p. Arialdo Urbani es misionero desde hace más de 50 años, ha ocupado puestos en varios países, Tailandia , Brasil , Costa de Marfil y República Centroafricana, donde fue el primer misionero betharramita que llegó en 1986, fundando la Misión Católica de Niem.
P. Urbani, además de ser el párroco de la misión, dirige 13 escuelas de pueblo en la zona de Niem. Está a cargo de más de 2.600 alumnos, mantenidos gracias a las adopciones a distancia, a los que visita regularmente, recorriendo decenas y decenas de kilómetros por carreteras llenas de baches. De hecho, las escuelas se encuentran entre 9 y 125 kilómetros de la misión de Niem. Para comprar un vehículo que sustituya al destruido por la mina, la Asociación AMICI Betharram ONLUS ha lanzado una suscripción.
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