Ciudad de México - La violencia que sigue aumentando, la falta de oportunidades laborales y la urgente necesidad de mejorar la educación, clave para cualquier cambio, son los principales desafíos que enfrenta la Iglesia. Monseñor Franco Coppola, nuncio apostólico en México, en una entrevista con Fides, destacó estas cuestiones como elementos a tener en cuenta para abordarlos en el contexto mexicano. "En primer lugar, las mujeres y el papel a menudo marginal que desempeñan en la Iglesia. San Juan Pablo II, en su carta apostólica Mulieris Dignitatem, afirmó que es necesario comprender el papel auténtico del servicio de la mujer en la Iglesia, sin confundirlo con la servidumbre. La mujer ayuda a aumentar la conciencia de la misericordia, la ternura y el amor que Dios tiene por nosotros", explica monseñor Coppola.
"Los jóvenes -continúa- representan otro punto clave. El Santo Padre demuestra su preocupación por su futuro, que a menudo carece de la presencia de Dios. Nuestros jóvenes se sienten invisibles y poco tenidos en cuenta por el mundo de los adultos y esto conduce a una falta de compromiso y confianza en el futuro. Basta con mirar las tasas de suicidio registradas en los últimos años o el consumo de drogas. Es más urgente que nunca crear más espacio para que los jóvenes se expresen y se sientan parte de una comunidad que los necesita".
"Un tercer punto clave es el de los pobres - continúa el nuncio. Hay indiferencia e impasibilidad por parte de la sociedad hacia los pobres. A pesar de tantas iniciativas, a menudo están dirigidas a complacernos a nosotros mismos. Dicho esto, el papa nos exhorta a salir a su encuentro, haciéndoles sentir el amor que rompe la soledad; pero sobre todo, nos invita a no cerrar los ojos ante la marginación, la opresión, la miseria, la ignorancia y la falta de trabajo".
Entre los otros desafíos que enfrenta la Iglesia mexicana, monseñor Coppola destaca la formación en los seminarios, el clericalismo, la reforma de la pastoral juvenil en el sentido vocacional y la reforma de la catequesis."Los seminarios necesitan formadores adecuados, verdaderos mentores, compañeros, modelos y guías, que formen el corazón de los aspirantes a la misión para ser testigos de la resurrección de Jesús. La formación debe orientarse hacia el crecimiento personal y hacernos conscientes de que estamos llamados a cuidar, servir y santificar al Pueblo de Dios. Los sacerdotes de hoy deben estar dispuestos a responder a las preguntas", dice el nuncio.
"Uno de los imperativos del papa es erradicar el clericalismo de la Iglesia. Los laicos deben ser vistos como colaboradores que participan en el proceso de toma de decisiones para construir una Iglesia doméstica. El antídoto contra el clericalismo es la'sinodalidad', que implica caminar juntos , consultar y escuchar a todo el Pueblo de Dios, contemplándolos en igualdad y unidad, en comunión, colaboración y corresponsabilidad en todos los contextos eclesiales", explica mons. Coppola.
En cuanto a la pastoral juvenil, el nuncio añade que "el joven debe ser acompañado en el descubrimiento de su vocación al encuentro con Dios, en el amor conyugal o en la vida consagrada y en su propia profesionalidad al servicio de la humanidad". Y concluye diciendo que "la catequesis debe ser experiencial, un verdadero acompañamiento en la experiencia de Dios, no una catequesis escolarizada donde se recibe sólo un adoctrinamiento o una enseñanza de conocimiento".
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