Phnom Penh – “Nosotros los jóvenes de Laos y Camboya, queremos seguir en el encuentro personal con Cristo en nuestra vida diaria; queremos construir el Reino de Dios a través del testimonio de la caridad para con todos. A través del diálogo y el intercambio queremos fortalecer la hermandad entre nosotros. Queremos involucrarnos en la construcción de una zona común de la ASEAN a nivel espiritual y humano, promoviendo la fraternidad, la paz, la justicia y la libertad, y dando voz a los pobres”, estas son algunas de las promesas realizadas por los jóvenes que en el mes de agosto han vivido la primera “Jornada de la Juventud de Camboya y Laos”, en la que durante una semana ha reunido a más de 100 jóvenes en Camboya, bajo la égida de la Conferencia Episcopal de Laos y Camboya . Los jóvenes de Laos estaban acompañados por Mons. Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun, Vicario Apostólico de Pakse. En el manifiesto de la jornada final, enviado a la Agencia Fides, los jóvenes insisten en que tienen la intención de “afirmar la dignidad de cada hombre y de empeñarse por el bien común y la protección de la creación”.
La semana, llena de momentos de oración, escucha, diálogo, reflexión, celebración, ha tocado tres lugares en Camboya: Tangkok, tierra de los mártires de Camboya, ejemplos supremos de hermandad con Cristo; Phnom Penh, donde la atención se ha centrado en la construcción del espacio común de la ASEAN; Battambang, donde se ha celebrado la misa de clausura concelebrada por Mons. Ling y Mons. Olivier Schmitthaeusler, Vicario Apostólico de Phnom Penh.
Contactado por la Agencia Fides, Mons. Schmitthaeusler declara: “Las Iglesias de Laos y Camboya están unidas en la misma Conferencia Episcopal desde 1968, pero a los obispos no se les ha permitido reunirse durante muchos años. Ahora, cada año podemos reunirnos de forma alternada en Laos y Camboya. Son momentos importantes de intercambio, comprensión y comunión, en los que las iniciativas del programa conjunto, como la Jornada de la Juventud que hemos celebrado con gran alegría”.
Es muy importante, según el obispo, la atención a la ASEAN: “El mundo está cambiando rápidamente. El mercado común de la ASEAN está a las puertas. Pero este espacio ¿tendrá éxito si se construye sólo sobre cimientos políticos y económicos? Nosotros los católicos del sudeste asiático queremos hacer nuestra parte y contribuir a esta construcción, aportando la apertura del corazón, la fraternidad, el respeto a la dignidad de todo ser humano, para caminar juntos hacia la paz y la justicia. A este llamamiento los jóvenes han respondido con gran entusiasmo”.
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