Ciudad Juárez (Agencia Fides) – Algunos se han podido reunir después de meses y otros incluso después de años: la ocasión ha sido la Misa del Migrante, que se celebra cada primer sábado de noviembre cerca del “Rancho Anapra”, al noroeste de la ciudad mexicana de Ciudad Juárez, para conmemorar a todos loe emigrantes fallecidos mientras tentaban de llegara a EE.UU. La Misa se celebra en la línea de frontera entre las dos naciones, México y EE.UU, y las diócesis de Ciudad Juárez y Nuevo Casas Grandes (México), El Paso y Las Cruces (Estados Unidos). Además de pedir por aquellos que perdieron la vida en la travesía de cruzar al país vecino, la iglesia reitera su cercanía y su preocupación por la situación de los migrantes.
Según la información recibida en la Agencia Fides, la Misa ha sido celebrada en un altar dividido en dos por la red metálica que señala la frontera. A un lado estaba el Obispo de El Paso (Texas, USA), Su Exc. Mons. Mark Joseph Seitz, y al otro el sacerdote Javier Calvillo Salazar, en representación del obispo de Ciudad Juárez (Chihuahua, México), Su Exc. Mons. Renato Ascencio Leon. Han asistido varios cientos de inmigrantes y muchas familias que se encuentran separadas por la ley de inmigración de los Estados Unidos: estamos hablando de 11 millones de personas o familias divididas. El momento más emotivo ha sido cuando, para el intercambio del signo de la paz, todos los presentes se han acercado a la red para tocar al menos con los dedos a cuántos estaban al otro lado.
“Me siento muy triste y me siento mal, quiero estar con ellos y no puedo, por este 'muro de Berlín' que hay”, dice un padre de familia, con los ojos llenos de lágrimas. No muy lejos, un niño de unos 7 años dice con entusiasmo a su abuelo, a través de la red metálica, el número de motos que había visto en ese país. Una madre, que ha preferido no acercarse a la red para ocultar las lágrimas a su marido, tenía en sus brazos a su hija más pequeña. (CE) (Agencia Fides, 04/11/2013)
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