Bangui (Agencia Fides) - “Gracias a Dios, los combates se han limitado a la zona del aeropuerto”, dice el padre Aurelio Gazzera carmelita misionero, que ha estado el 30 y 31 de octubre en Bouar, la ciudad al noroeste de la República Centroafricana, donde el Domingo 27 de octubre, los ex rebeldes de la coalición Seleka fueron atacados por algunos grupos espontáneos de auto-defensa llamados “Antibalaka” (véase Fides 31/10/2013).
“Hay poco de político en este asunto” - afirma el misionero- más bien, se trata de la reacción de personas desesperadas, que han visto sus casas quemadas, amigos y familiares asesinados, su propiedad robada, y ellos mismos impedidos de moverse libremente”.
Debido a los combates la población se ha refugiado en las parroquias: Fátima, San Lorenzo (que ha acogido a 1.400 personas), la catedral (con más de 6.000 personas).
La presencia de la fuerza de mantenimiento de la paz en los países de África Central (FOMAC-MISCA) ha impedido a las fuerzas de Seleka cometer represalias contra la población civil, garantizando la protección de los desplazados internos.
El p. Aurelio, quien también es responsable de Cáritas en Bouar, ha asistido a una reunión con las autoridades locales y el comandante de la FOMAC, durante la cual el párroco de la Catedral ha pedido ayuda para hacer frente a la situación que se ha creado en las iglesias.
El p. Aurelio ha visitado después la catedral. “Es impresionante ver a toda esta gente mantener la calma y al mismo tiempo ponerse a ayudar”, dice el misionero. “Pero sigue existiendo la preocupación de un regreso a casa, que no está exento de riesgos”. Las 6.000 personas desplazadas reciben asistencia “de los militares de la FOMAC”, “de los gaboneses que hacen un trabajo excelente”, dice el padre Aurelio. “Están los voluntarios de Cáritas parroquial y de Justicia y Paz que garantizan el orden, la seguridad y la higiene. También está el incansable padre Mirek, párroco y vicario general. Hay un equipo de enfermeras con un médico, que han creado un hospital en la catedral vieja”.
“Por el momento es importante que la población recupere la confianza y regrese a sus propios vecindarios. Pero para ello es necesario que las autoridades sean capaces de organizar patrullas de vigilancia para que la situación se mantenga en calma”, dice el misionero. (L.M.) (Agencia Fides 4/11/2013)
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